miércoles, 23 de octubre de 2013

EL AROMA DE LA SEXUALIDAD

El olor natural del cuerpo es muy excitante. Nos desprendemos de él mediante el baño o lavados diarios, hasta lo ocultamos con fragancias artificiales. Se considera al olfato el sentido que da la definitiva en lo que denominamos “química sexual” y, por consiguiente, de la atracción.
Podemos utilizar fragancias naturales estimulantes, mejor si vienen en aceites, para lograr una mejor impregnación de la piel y mayor durabilidad del aroma.
No hay que dejar de lado a las feromonas, sustancias inodoras e incoloras producidas por nuestros cuerpos, captadas por el órgano vomeronasal que se encuentra en nuestras narices, y que logran la activación sexual y un intercambio sexual de placeres muy intensos.

Oler el sexo
En cada fosa nasal, hay aproximadamente tres millones de receptores olfativos, divididos en dos partes a manera de estampillas. Estos receptores son los únicos nervios del cuerpo expuestos directamente al aire. Los receptores de la cavidad nasal izquierda transmiten mensajes al hemisferio cerebral izquierdo (el de la lógica), y los de la cavidad derecha, al hemisferio derecho (el de la intuición). Por lo tanto, el olor se identifica en el izquierdo y se describe emotivamente en el derecho.
El olfato es el sentido más rápido de los cinco que poseemos. Apenas tardamos medio segundo en identificar cuál de los 10.000 olores registrados en nuestro cerebro flota por debajo de nuestra nariz.
Sexualmente hablando, encontramos términos novedosos, actuales y técnicos como "Barosmia", que es la excitación desencadenada por el olfato; "Ozolagnia", la excitación sexual provocada por los olores fuertes; "Renifleurismo", cuando la excitación proviene del olor a orina (asociado a problemas como la Urofilia, fijación a la orina para lograr la activación de la respuesta sexual); "Olfactofilia u Osmolagnia, cuando se trata de olores que provienen de las axilas o de los órganos genitales, y, para que veáis que no todo va "de lo mismo", "Antolagnia", la excitación sexual que produce oler flores.
Es innegable la importancia que tienen los olores corporales antes, durante y después de nuestras relaciones sexuales. La sexualidad y el amor son pura química, por lo que no hay que desdeñar el papel fundamental que juega nuestra nariz a la hora de encender (o apagar) la llama de la pasión.
La alemana Ingelore Ebberfeld es la autora de una interesante tesis doctoral que intenta responder qué función desempeñan los olores en nuestra sexualidad. Para elaborar su estudio realizó una encuesta en la que casi la mitad de los participantes afirmaron ser estimulados sexualmente por el olor de sus parejas e incluso un 8% de hombres y un 5% de mujeres "confesaron" haber recurrido a ropa anteriormente usada por sus parejas como instrumento de excitación.
Tras el olor corporal sin perfumes, aparece en la lista el olor corporal perfumado (45%), el olor íntimo (31%), el olor después del acto sexual (26%) y el olor axilar (23%). Independientemente de los resortes que se disparan y activan en nuestro organismo ante ciertos estímulos olorosos, queda claro que los olores tienen mucho que ver en la comunicación sexual. En este sentido, juegan un papel muy importante las feromonas. Aunque no podemos percibir su olor, nuestro cuerpo reacciona ante su presencia e incluso influyen en la elección de la pareja aunque, a diferencia de los demás animales, no reaccionamos automáticamente ante ellas.
Mención especial en este aromático "post" merecen los olores que expelen nuestros órganos genitales. Ya hemos comentado los efectos afrodisiacos que producen en algunas personas.
Sea como sea, los olores corporales genitales tienen el efecto contrario al que estamos comentando en muchas personas. Repelen, dan asco y se lucha denodadamente para eliminarlos. A veces, tanto rigor higiénico puede ser perjudicial, llegando a alterar la naturaleza genital al usar jabones o desodorantes que irritan o se cargan algunas bacterias beneficiosas para la salud de la vagina, por ejemplo. En cualquier caso, una buena higiene diaria siempre es aconsejable, como en el resto del cuerpo, pero sin obsesionarse ni arrancarse la piel.

Seducción Sexual con Aromaterapia
Obras literarias importantes como El jardín perfumado de Jeque Nefzawi y, el más controversial y actual, El perfume de Patrick Süskind, muestran el poder de los olores.
Los árabes fueron los pioneros en el arte de la perfumería. Descubrieron el sistema de conseguir a partir de plantas aromáticas, y extraer algalia y almizcle de las glándulas sexuales de algunos animales y de almizcleros vivos. En la actualidad, puedes intentar seducir a tu pareja con deliciosos aromas, manufacturados sin el uso de animales, y que se pueden adquirir a muy buenos precios. El uso de estos aceites es útil para alcanzar el bienestar físico y mental. Pueden utilizarse en masajes sensuales, para unción de la piel, en el baño, y para aromatizar ambientes (sobre todo el dormitorio) usando los llamados sacheteros.
 Entre estos aromas y aceites tenemos algunos “Afrodisíacos”:
·         Enebro: Olor especiado y leñoso, con propiedades relajantes y estimulantes.
·         Espliego: Floral y tenaz, utilizado para el alivio de quemaduras.
·         Geranio: Aroma floral, tónico, sedante y antiséptico. Equilibra el cutis y alivia la ansiedad.
·         Incienso: Leñoso y especiado, relajante, rejuvenecedor y estimulante de las emociones.
·         Jazmín: Dulce, floral, rico, exótico y sensual. Levanta el ánimo.

·         Pachulí: Seductor, base de muchos perfumes fuertes. Estimulante si se usa en pequeñas cantidades y sedante si se usa libremente.

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