sábado, 4 de abril de 2009

FETICHE: ¿TALISMAN SEXUAL?


La palabra fetiche viene de "feitiço" término portugués que significa "magia" o "hechizo". El término fue dado a conocer en Europa por el erudito francés Charles de Brosses en 1757, mientras comparaba la religión de África occidental con los aspectos mágicos de la religión del antiguo Egipto. La sangre es comúnmente considerada un poderoso fetiche o ingrediente para su elaboración, y en algunas partes de África el pelo de los blancos. Pero también los fetiches son elementos importantes en todas las culturas primitivas de todo el mundo. Él y otros estudiosos del siglo XVIII usaban el concepto para aplicar la teoría de la evolución a la religión. En su teoría de la evolución de la religión, de Brosses propuso que el fetichismo es el estado más primitivo de la religión, seguido por los estados de politeísmo y monoteísmo, representando una progresiva abstracción del pensamiento.
En el siglo XIX, filósofos como Herbert Spencer rechazaron la teoría de Brosses de que el fetichismo era la "religión original". En el mismo siglo, antropólogos y eruditos de la religión comparativa como E. B. Tylor y J. F. McLennan desarrollaron las teorías del animismo y el totemismo para explicar el fetichismo.
Tylor y McLennan sostienen que el concepto del fetichismo permite a los historiadores de la religión desplazar la atención de las relaciones entre las personas y Dios a las relaciones entre las personas y los objetos materiales.


Fetichismo sexual
Es una parafilia que consiste en la fijación a un estimulo para lograr la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de un talismán u objeto inanimado, sustancia o parte del cuerpo en particular diferente de los genitales y de las principales erógenas que poseen los seres humanos. El fetichismo sexual se considera una práctica inofensiva salvo en el caso de que provoque malestar clínicamente significativo o problemas a la persona que lo padece o a terceros pudiendo en este caso llegar a considerarse un trastorno patológico propiamente dicho. Al igual que las otras parafilias, debe mantenerse el patrón de fijación sexual durante 6 meses consecutivos. Puede asociarse a cleptomanía para la obtención, por cualquier medio, del objeto fetiche.
Los juguetes sexuales no son considerados fetiches por ser fabricados para uso sexual exclusivo.
Las personas pudiesen tener rasgos fetichistas, lo que no quiere decir que sufren de la parafilia.

Prevalencia
Mayoritariamente los fetichistas son hombres, heterosexuales, con predominio de fantasías sexuales en la línea sadomasoquista. Gran parte de ellos son hombres con déficit en sus capacidades intelectuales, o psicóticos, que en este caso actúan en función de la frustración, la ira, la soledad y la desesperanza. Existe en ellos un desarrollo muy solitario de sus actividades, constituyéndose el robo de sus fetiches, una de las expresiones socialmente más inadecuadas.
En cuanto a los fetiches preferidos, se encuentran las prendas íntimas (especialmente si son muy pequeñas) y los populares zapatos con tacones de aguja. El problema es que ellos excluyen a la persona en sus fantasías o necesidades y se ven forzadamente a reunir muchos fetiches de su gusto para sentirse complacidos, aunque deban pasar por sobre la autorización o consentimiento de la dueña de tales objetos.
Cuando la obsesión está relacionada a partes del cuerpo de una mujer, como sus pies por ejemplo, este hombre se extasía cuando los tiene frente a él, besándolos, acariciándolos, oliéndolos, dándoles suaves masajes, hasta más no poder.
Aunque parezca extraño a quien esté cerca de un fetiche, ellos no se reconocen como anormales, por lo que no acuden por ayuda la mayoría de las veces.


Causas
Se ha explicado el origen del fetichismo desde diferentes ópticas. Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, analizó las conductas fetichistas de sus pacientes, llegando a la siguiente conclusión citando directamente sus obras: “…Considero el fetiche como un sustituto del pene, de modo que me apresuro a agregar que no es el sustituto de un pene cualquiera, sino de uno determinado y muy particular, que tuvo suma importancia en los primeros años de la niñez, pero que luego fue perdido. En otros términos: normalmente ese pene hubo de ser abandonado, pero precisamente el fetiche está destinado a preservarlo de la desaparición. Para decirlo con mayor claridad todavía: el fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la madre), en cuya existencia el niño pequeño creyó otrora y al cual -bien sabemos por qué- no quiere renunciar”.
El fetichismo es considerado como una manifestación en primera instancia de los problemas que el sujeto tiene con la norma, que en otros estadios puede manifestarse en Sado-Masoquismo, Travestismo, Voyerismo, entre otros.
Piera Aulagnieur considera el fetichismo como un estado fronterizo del sujeto, la última barrera antes de la psicósis, en la que existe una profunda fijación por el objeto para mantenerse dentro de los límites de la neurosis.
Otras teorías psicológicas acerca del fetichismo sexual lo relacionan con las teorías del comportamiento humano y la idea de "condicionamiento" o aprendizaje. Así, alguna experiencia en la infancia podría causar la asociación entre el placer sexual y determinado objeto, relación que se mantendría en la edad adulta.En el fetichismo, el objeto fetiche se puede emplear durante la masturbación o bien lo lleva puesto el otro miembro de la pareja durante la actividad sexual (por ejemplo unas medias, botas tacón aguja, unos zapatos, unos pies , o una mujer fumando - conocida como capnolagnia -) con el fin de provocar la excitación de su compañero sexual, ya que frecuentemente el fetiche es necesario para la excitación sexual.

No hay comentarios: