domingo, 20 de septiembre de 2009

SEXUALIDAD DE LA PERSONA HIV+


Muy bien es sabido que, desde la década de los 1980's, el virus de la Inmunodeficiencia Adquirida, mejor conocido como HIV o VIH por sus siglas en inglés y español respectivamente, ha afectado a muchísimas personas y hasta ha acabado con sus vidas. Pero también ha tenido su efecto positivo al crear conciencia en la población sexualmente activa al considerar todas las medidas preventivas al ejercer su función sexual. También, las personas seropositivas son tratadas y valoradas de manera diferente y no son víctimas del rechazo ni de la discriminación tanto en empleos como en la atención médica en las diferentes instituciones de salud. Esta reconsideración no deja de lado el aspecto sexual y de pareja.

En la actualidad, el hecho de que una persona sea HIV+ no representa un motivo de vergüenza y cada día las personas infectadas lo asumen más fácilmente y son capaces de admitírselo a quienes se acercan a ell@s o a quienes se acercan con la finalidad de tener un contacto sexual y hasta una relación de pareja.

Seres humanos ante todo

Concientizando de manera objetiva la infección por el VIH, encontramos que coincide con el de otros virus, como lo son los agentes causales de la Hepatitis B, Herpes Zoster y Genital, Papiloma Humano o Condilomatosis. Sólo si se dan las condiciones orgánicas en cuanto al compromiso del sistema inmunológico en cuanto a la disminución de su capacidad y función, se producirá la enfermedad. Como ha sido descrito de manera precisa en los textos y manuales médicos, el Sindrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) se caracteriza por la presencia de síntomas y signos específicos. Mientras esto no ocurra, todas las personas infectadas con los virus anteriormente nombrados, son portadores asintomáticos. Y siempre será necesario tomar medidas preventivas para no contagiar a sus parejas sanas o sin esa infección viral en particular.

La infección por HIV causa muchos temores pues siempre, al igual que ocurre con el cáncer, saberse afectados por cualquiera de estas dos entidades patológicas, representa una asociación automática con la muerte. Desde que son diagnósticadas, las personas se sienten amenazados con el fin de sus días y de sus vidas producto de esos males. Es una reacción común y muy humana. Pero los estudios y seguimientos de est@s pacientes ha permitido derrumbar estas ideas distorsionadas acerca de ser seropositivo. Los tratamientos actuales han sido muy efectivos al punto de hacer indetectable la carga viral y, en algunos casos, revierten la positividad en negatividad en las pruebas de laboratorio habituales para el VIH (sin que esto quiera decir que se ha exterminado totalmente el virus y la infección). También se han llevado a cabo estudios en las parejas de estas personas HIV+. Independientemente de la afectación de uno de los miembros de la pareja, se anteponen todas las cualidades y virtudes que les llevaron a elegirles como sus compañer@s. Por supuesto, se requiere muy frecuentemente de psicoterapia y asesoramiento médico para poder continuar con la dinámica de pareja y su vida sexual activa.

Empatía y Respeto

Aunque se han ampliado los horizontes del entendimiento de la infección por el VIH, tópicos como el actualmente tratado se hacen difíciles de digerir por la mayoría de las personas que se encuentran sanas y cuya realidad es otra. El SIDA ha sido considerado uno de los males más temidos desde finales del pasado siglo y los portadores del virus seres perversos para adquirir el virus y no merecedores ni siquiera de respeto humano. Todo esto ha conducido al desarrollo de actitudes negativas y reacciones inadecuadas por parte de l@s infectad@s ante lo considerado como una agresión del entorno.

Empatizar es ponernos en el lugar de los demás, lo que representa una buena opción para poder ampliar nuestros niveles de comprensión. Aunque muy difícil en algunos casos, como lo es el caso de la seropositividad al VIH, es necesaria para poder entender el sufrimiento humano ajeno y reconsiderar posturas y pensamientos, y modificar conductas. Esto también propiciaría el respeto hacia l@s seropositiv@s y poder confrontar mejor una situación de este caso en personas muy cercanas o en nosotros mismos. A su vez, me hace pensar en algo que debe ser común en todas las parejas, en especial en las que uno de sus miembros es HIV+, y que ambos deben decir y decirse: “Tú me cuidas y yo te cuido” o “Yo me cuido para ti y para mí mismo”. Esto es válido para todos los componentes de la pareja.

Es necesario no culpar a nadie ni llenarse de emociones negativas al imaginarse el patrón sexual o la vía o método de infección de quien ya sea seropotivo. Aunque se ha planteado todo relacionado a adultos, ¿y si se tratara de un infante nacido de una madre que no se sabía infectada o de una víctima de algún abuso sexual?

Medidas de autoprotección y de cuidados

En una de mis anteriores entregas acerca de la Erotización del Condón, hacía hincapié en el uso adecuado de este recurso válido para la sexualidad de quienes se encuentran san@s pero también para con aquellos quienes son seropositivos. Al uso adecuado del preservativo, se agregan:

- Uso obligatorio del preservativo en toda penetración genital o anal.
- Aunque no se han reportado casos en los que se ha demostrado el contagio por estimulación oral, se requiere la protección con el condón si se quiere realizar esta práctica, independientemente de quien sea dador o receptor.
- Besar en la boca sería considerado de cuidado siempre y cuando haya probabilidades de contagio de la persona seropositiva por una enfermedad que sufra la persona sana o haya lesiones en su boca.
- Verificar la indemnidad de la piel, particularmente la de dedos y manos, en cuanto a la presencia de heridas asi sean pequeñas. Esto contraindica el contacto con los genitales y sus secreciones, y la región anal.
- Aislamiento en caso de enfermedad de la parte sana.
- Uso de jabones antisépticos dermatológicamente probados antes de tener contacto sexual para que la parte sana no infecte a la infectada con gérmenes como hongos.
- Evitar las prácticas sexuales que representen riesgo de heridas en cualquiera de los dos miembros de la pareja.
- Disfrutar de la sexualidad sin excesos que conduzcan al agotamiento físico extremo y falta de descanso y reposo.

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